25 enero 2007

Etica (Spinoza) - Astaiza

“LA POSICIÓN OCUPADA POR DIOS EN EL PENSAMIENTO DE SPINOZA”

POR:

MARIO ANDRÉS ASTAIZA ZAMORANO

BOGOTÁ 8 DE NOVIEMBRE DE 2006.

"Es necesario decir y pensar que el ser es, porque es posible que el ser sea y es imposible que el no-ser sea" (Parménides). A partir de ello es posible afirmar que el ser es inmutable, eterno, único y por ende, omnipresente. No hay nada que escape al ser, no hay nada fuera del ser, pues eso sólo significaría que es el no ser. El ser es y el no-ser, no es.

Es a partir de aquí donde Baruj Spinoza comienza a desarrollar su visión del mundo y su concepto de ética, ambas unidas e inconcebibles por separado. Spinoza no propone un conjunto de deberes, sino las consecuencias de un actuar racional; Spinoza no se pronuncia por un deber ser, sino por un ser; no impone, sólo señala. Su sistema es deductivo, ordenado y desestima todo aquello no entendible por la razón, simplemente porque no existe nada fuera de ella.

Spinoza entendió muy bien que la ética no era un conjunto de normas impuestas y sujetas a castigo o reprimenda en caso de no acatarlas, sino toda una serie de características que distinguen a una persona de entre las demás,

Su racionalismo no le impidió concebir la existencia de Dios. Spinoza formula una tesis a través de una posición racionalista que termina en ubicar que todo es Dios, como el único que posee todos los atributos, o como él mismo indica en sus primeras definiciones: "Entiendo por Dios un ser absolutamente infinito, es decir, una sustancia constituida por una infinidad de atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita".

Dios pues, existe necesariamente al ser la única "sustancia constituida por la infinidad de atributos de los que cada uno expresa una esencia eterna e infinita". Nada escapa a Dios, es la única sustancia, es decir, Dios es lo que se concibe por sí y no depende de nadie ni nada para formarse, se basta a sí mismo, por ello es que tiene un número infinito de atributos y se le necesita para explicar a todo lo que existe.

Spinoza no concibe a Dios bajo la forma común: Dios es todo, sino todo en Dios: "Todo lo que es, es en Dios y nada puede existir ni concebirse sin Dios". En pocas palabras, fuera de Dios no puede existir ni concebirse sustancia alguna, por ello Dios tiene todos los atributos, algunos los comparte de forma completa, algunos de forma incompleta. Dios es el gran ente integrador y poseedor de todo, el origen y la sustancia de todo cuanto existe.

Dios posee naturaleza eterna e inmutable, por ende es trascendente, justo. Dios es el ente dinamizador de la creación, el principio y fin de todo cuanto existe.

En cuanto al actuar de Dios, su conducta está determinada por su propia naturaleza. El carácter racional, o mejor dicho, la racionalidad es una frontera que el mismo Dios no puede rebasar, simplemente porque su actuar se vería mermado al perder la infinitud de sus atributos.

La naturaleza divina y la voluntad son causa necesaria aún en Dios mismo, es una forma de justificar su existencia y al mismo tiempo manifestar sus actos. Por otra parte si la voluntad y el entendimiento son un cierto modo de pensar, es justamente la razón la gran causa necesaria, la que une y engloba todo. Dios es sólo cosa pensante.

Esta estructura y visión puramente racional de Spinoza, no podría funcionar sin encontrar una razón trascendente y que funcione a manera de modelo rector, esta razón, es la relación causa-efecto, por eso considero que Spinoza en su obra ve la necesidad de explicar el porqué de las cosas, hasta a Dios lo incluye en esta relación: "De una causa determinada que se supone dada, se sigue necesariamente un efecto y, por el contrario, si no es dada ninguna causa determinada, es imposible que se siga un efecto". "Una cosa determinada a producir algún efecto ha sido determinada necesariamente por Dios; y la que no ha sido determinada por Dios no puede determinarse por sí misma a producir un efecto".

Al hablar del cuerpo y del alma, Spinoza también menciona a Dios, argumentando que el cuerpo es parte importante del hombre en tanto es una creación divina, que sigue a una causa y terminará en un efecto. En resumen, el cuerpo es también una creación de la necesaria voluntad de Dios, de ese gran espíritu racional.

Spinoza nuevamente menciona a Dios cuando habla de los sentimientos, o las afecciones como él las llama; dice que los sentimientos se dibujan en las ideas de falso, verdadero e inadecuado. Para empezar "Toda idea que es absoluta en nosotros, es decir, adecuada y perfecta, es verdadera" y si las ideas adecuadas y perfectas son aquellas que constituyen la esencia del Alma, en relación directa con Dios, las ideas verdaderas no serán otras que las formuladas con y gracias a la razón.

Las ideas falsas no serán otras que las confusas e incompletas, es decir, las que se encuentran privadas del conocimiento de las cosas. Enseguida surgen las ideas inadecuadas y confusas, pero todas estás ideas, por su falta de conocimiento y su inexactitud no pueden estar en sintonía con Dios, con la esencia del alma y con la razón, sino sólo en relación con el alma en particular de alguien. Esas ideas inadecuadas, bien podrían ser llamadas afecciones. Su imperfección e inexactitud radica en ser discordantes con la esencia del alma, con Dios y con la razón.

Lo anterior lleva a otro punto en la obra de Spinoza y tema central en el racionalismo: el conocimiento, y nuevamente en este punto Dios tiene cabida. La posición en relación a la posibilidad de conocer en Spinoza posee una variante, al mencionar la figura de Dios, porque al ser Dios una cosa que piensa "Por consiguiente, lo que da el conocimiento de la esencia eterna e infinita de Dios es común a todos y se halla igualmente en la parte y en el todo, y, por consiguiente este conocimiento será adecuado". Lo anterior quiere entonces decir, que porque todos tienen esa esencia, todos pueden conocer, por decirlo de algún modo, la acción de conocer se ejecuta porque se conoce una parte de Dios.

En conclusión para Spinoza, Dios es la única sustancia, el gran poseedor de todos los atributos, pero su existencia está supeditada a la razón como la gran ordenadora y dictadora, la razón flota en el ambiente que respira Dios.

Su existencia es necesaria en la medida de ser el creador, inspirador y causa de todo lo que hay. Todo en Dios.

Spinoza no concibe a un hombre aislado o separado de la naturaleza o del orden, sino a un integrante más de ese conjunto, lo cual significa que está en constante posibilidad de conocer a Dios y, más aún, en Dios.