04 febrero 2007

crítica de la razón práctica (Kant) Concha

CRITICA DE LA RAZON PRACTICA

Por ALVARO JOSE CONCHA SANDOVAL

La segunda de las tres criticas escritas por Manuel Kant, es una obra, que en mi concepto siempre a permanecido vigente, y mas aun hoy en día, ya que el tema de la moralidad y el obrar del ser humano, son de gran importancia, porque a partir de estos conceptos se desarrollan las actividades de las personas y por ende se forja la mentalidad de los pueblos y el desarrollo de las civilizaciones.

Para Kant la ética se divide en dos grandes campos: la moralidad y el derecho, ambos imponen deberes, partiendo de la concepción de libertad del hombre y lógicamente la voluntad de la libertad, es decir la libertad que tiene el ser humano para decidir, según su conciencia, como consecuencia de lo anterior vemos como la moral y el derecho gobiernan nuestra voluntad.

La ética juega aquí un papel trascendental, ya que es la que hace del obrar un deber y de este deber su único móvil, porque las acciones moralmente buenas son aquellas que se cumplen solo por el deber, sin esperar ningún premio o recompensa a cambio, estas acciones tienen un valor universal y necesario, que es el valor de la moral, este mandato incondicionado es el llamado por Kant “imperativo categórico” que no es otra cosa que el mandato moral, la moralidad, es decir como lo concibió Kant, obrar por el deber y sólo por el deber para que el motivo del obrar pueda convertirse en norma de conducta universal. Analizando lo anterior cabe preguntarnos que pasaría si todos los pueblos de la tierra, si todas las personas que componen estos pueblos obraran siempre bajo este tipo de acciones moralmente buenas y sin condicionamientos? Pues la respuesta sería contundente: todos los pueblos y civilizaciones vivirían armónicamente y en paz unos con otros, es por esto que pienso que en esta obra Kant nos deja un legado importantísimo, que de aplicarlo muchos problemas que aquejan a la humanidad se revolverían.

A diferencia de la moralidad, Kant explica que en el campo del derecho se presentan acciones exteriores, y no siempre estas acciones se cumplen solo por deber, es mas casi siempre se cumplen por un motivo diferente y es por esto que no tienen un valor universal y necesario, como lo reclama la moral, es aquí donde vemos que la mayoría de personas realizan acciones encaminadas a recibir una recompensa o por lo menos a evitar un castigo, las leyes de un ordenamiento jurídico, son un claro ejemplo de lo anterior, las personas se abstienen de realizar ciertas conductas porque saben que de hacerlo serán sancionadas por la ley positiva, este es el llamado por Kant imperativo hipotético el cual es un mandato que obliga siempre bajo una condición, se caracteriza porque ordena la acción como medio para un fin. Un ejemplo del propio Kant: “si quieres ser un buen ciudadano paga los impuestos del Estado”. Aunque sea un acto legal pagar tales impuestos, para Kant ese acto no es verdaderamente moral porque no tiene un fin en si mismo, se hace a cambio de algo: por ejemplo para no ser perseguido por la justicia, para disfrutar de un bien social, etc. Esto sería solo un acto legal, que se realiza porque una ley jurídica así lo dispone, se ve claramente que la ley jurídica busca proteger la libertad de todos, pero para ello a diferencia de lo que ocurre con el obrar moral, el móvil de la acción no interesa, puede ser cualquiera si en todo caso se cumple la ley, por consiguiente el imperativo jurídico, que es imperativo hipotético nos dice que tenemos que obrar de tal suerte que la libertad individual pueda coexistir con la libertad de los demás, es decir respetar los derecho de los demás, porque de lo contrario se estará expuesto a una sanción.

El tema clave en la ética Kantiana es el deber, en la obra “critón o del deber” escrita por platón es sus diálogos, la cual fue una de las obras que relacione en la bibliografía escogida para la tercera entrega, se observa claramente en el diálogo que sostienen Sócrates y Critón, la forma como procede Sócrates ante la adversidad que tiene que afrontar, su deber moral le indica que tiene que morir, victima de una acusación y una condena totalmente injustas, ya que el es inocente de las acusaciones que ha recibido, antes que aceptar la propuesta de su amigo Critón, que es la de fugarse con toda seguridad y huir a un lugar seguro donde pueda iniciar una nueva vida con tranquilidad, prefiere aceptar el castigo que le ha sido adjudicado, así sea injusto, antes que traicionar sus principios éticos y morales, ya que su deber moral así se lo indica, este es un claro ejemplo de lo que es el imperativo categórico, acciones buenas en si mismas: “Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda valer siempre al mismo tiempo como principio de una legislación universal”. Sócrates actúa por deber y no por inclinación.