23 febrero 2007

dos visiones de la justicia (Rawls) López

CONTRAPOSICIÓN ENTRE DOS VISIONES DE LA JUSTICIA

Por: ANA MARÍA LOPEZ HERNANDEZ

El tema que posiblemente ha tenido más adeptos para discutir a través de los tiempos ha sido la justicia. No es para menos si pensamos que sobre ella se han edificado sistemas jurídicos, justificado o no guerras, ha caracterizado sociedades. Por esto mismo es un tema álgido que amerita unas páginas en este ensayo, basándolo en una comparación entre dos autores que postulan ideas fuertes y controvertidas como lo son Aristóteles con su “Ética a Nicómaco” y John Rawls con su “Teoria de la Justicia”.

Para empezar podemos hacerlo en orden cronológico y por esto será Aristóteles quien ocupe estas primeras líneas. En su “Ética a Nicómaco” se puede ver claramente una posición donde aparece la justicia como virtud. La divide en tres: Justicia Particular, Justicia Civil y por último la Justicia como virtud. Será la justicia la virtud perfecta por cuanto es justo “lo que produce y protege la felicidad y sus elementos en la comunidad política”. Es para Aristóteles la mejor de las virtudes. Aclara el autor que no son exactamente lo mismo la justicia y la virtud, será ésta justicia cuando está dirigida a otro. Cuando es un hábito en absoluto es virtud.

John Rawls, autor norteamericano del siglo XX, ha traído en su libro “Teoría de la Justicia” una nueva concepción de ésta. Empieza esbozando una teoría contractualista donde el hombre acude a una figura denominada contrato para organizarse en sociedad. En ese momento hace su aparición la justicia, pero no como virtud tal como lo diría Aristóteles, sino como una forma de estructuración social. Como una virtud no de las personas sino de las instituciones que no busca una distribución equitativa de las cosas como lo haría la justicia distributiva de Aristóteles, sino basándose en un esquema de cooperación social. El papel de la justicia para Rawls es “proporcionar una asignación de derechos y deberes fundamentales y determinar la división de ventajas debidas a la cooperación social”. Claramente vemos que Rawls tiene una idea bastante técnica de lo que es la justicia. Formula dos principios aplicables a ella: el primero consistente en la libertad de los individuos y el segundo la desigualdad. Ambos se aplican a la estructura básica de la sociedad y se prefiere el primer principio sobre el segundo en caso de que haya una aparente contradicción entre ambos.

Las concepciones de ambos autores son bastante distantes entre ellas. Mientras el primero (Aristóteles) busca con la justicia una proporcionalidad y reciprocidad, una justicia donde lo que vale es que el hombre practique la virtud y por esto serán hombres justos o injustos, Rawls plantea un procedimiento para llegar a los principios de la justicia, atribuyéndole esta característica o este adjetivo a las instituciones mismas. Será una justicia que tiene en cuenta sólo factores institucionales para fundar una sociedad justa, y que se nos presenta bastante utópica, es una forma de llegar al contrato.

Digo utópica pues si tenemos en cuenta que una sociedad está compuesta por hombres y mujeres de ella debemos predicar la justicia o la injusticia. Se requiere más que simples instituciones que cumplan con propósitos meramente económicos. Serán estos hombres y mujeres quienes le den el carácter de justa o injusta a alguna institución o sistema determinado.

Quienes producen y protegen los elementos de una comunidad y su felicidad como lo diría Aristóteles son los hombres justos, que practiquen o tengan hábitos que lleven a la justicia como la honestidad, el cumplimiento de una ley justa, la valentía en ciertas ocasiones. Una justicia procedimental es demasiado técnica y olvida ese elemento que hemos mencionado ya ampliamente como lo es que emane de un ser humano. Puesto que ciertamente vemos la justicia como una virtud humana surge necesariamente o es consecuencia del carácter espiritual del hombre, no como animal sino en su calidad de ser racional. Por esto no se debe olvidar que se puede tener muchas fórmulas para lograr un Estado Justo, pero nada puede lograrse si sus gobernantes no son los mejores, y son los mejores aquellos hombres que practiquen la virtud de la justicia.