05 marzo 2007

Del maniqueismo de la iglesia católica (San Agustin) Perilla

“DEL MANIQUEÍSMO DE LA IGLESIA CATÓLICA”

Por Catalina Perilla Moreno

El libro las Confesiones de San Agustín es un libro en que su autor relata su recorrido por su prolongada vida, además podemos concluir que el propósito de San Agustín en haber escrito éste libro se centraba en confesar sus pecados y en hacer una alabanza a Dios. Es un libro muy interesante en su esencia, en donde deja varias enseñanzas por medio de las experiencias vividas por San Agustín. Uno de los temas que más me llamó la atención es lo relacionado con la doctrina de los Maniqueos, y me pareció aún más interesante hacer un contraste entre la doctrina de los maniqueos con la iglesia católica, que fueron fuentes de inspiración para éste padre de la filosofía.

La vida de San Agustín estuvo rodeada de muchos momentos que marcaron su vida, uno de ellos se relaciona con la creencia errada que tenía de la verdad, por ingresar a la secta de los maniqueos y por la gran carencia de conocimientos que tenía. Más adelante centraré la atención por la inquietud que tuvo San Agustín para llegar a la cúspide de la verdad y la insatisfacción que sintió en la secta de los maniqueos.

Por falta de preparación, humildad y desconocimiento de la Biblia se encuentra con un grupo de hombres con una soberbia delirante que aparentaban una alta conducta moral, además explotaban sus cualidades para atraer a la gente, a través de su locuacidad diciendo cosas absurdas de Dios y de los elementos creados por Dios. Lo que más sedujo a San Agustín para entrar a la secta de los Maniqueos fue el intelectualismo que infundían, sin embargo San Agustín no siempre estaba conforme con las respuestas que dichos personajes le daban a sus preguntas, como por ejemplo los maniqueos decían que Dios era un ser corpóreo; no tenían un significado del mal pues creían que el mal es lo contrario a la naturaleza, afirmando que el mal es lo que ataca a la esencia de un ser. Dios se mezcla con la substancia del mal; entonces, errando el alma, erraba Dios. Considero que esto es lo más aberrante del pensamiento maniqueísta, debido a que no se puede decir que Dios es el autor del mal y que el mal provenga de la naturaleza para destruirse el mismo ser, considerando que el mal no proviene de la misma persona sino del principio del mal que está en la persona.

La base del sistema maniqueísta consiste en que el objeto de la moral es la cuestión del bien y el mal. Los maniqueos decían que existe un principio eterno bueno y otro principio eterno malo; y que de una lucha entre ambos nació una mezcla del bien y del mal, que es Dios, y de la cual se formó el mundo, afirmando que en todas las cosas está presente y mezclada la naturaleza de Dios.

Otro punto de controversia de la doctrina maniqueísta consiste en que ellos afirmaban el descubrimiento de contradicciones de la Sagrada Escritura, posiciones que para San Agustín no tenían defensa propia. Se atrevían afirmar que los textos del Nuevo Testamento habían sido adulterados por una persona que estaba empeñada en introducir en la fe cristiana la ley de los judíos. Pero los maniqueos nunca mostraron para probarlo ningún texto incorrupto de las sagradas escrituras, lo cual hizo que San Agustín se fuera alejando de dicha secta. Puede ser que sea respetable la religión de los maniqueos como cualquier otra religión, pero lo que no considero respetable es poner en duda los escritos del nuevo testamento, pues pienso que es un atentado contra Dios ya que en éstos se encuentran los escritos de los evangelios, que conjuntamente relatan los principales hechos, enseñanzas, la muerte y la resurrección de Jesucristo.

Cabe resaltar, que los maniqueos se dividían en dos clases: estaban los elegidos y los oyentes. Los primeros se encargaban en enseñar a otros o se manifestaban firmes en su error; en cambio los oyentes, eran los menos seguros y se dedicaban a oírlos. San Agustín permaneció como “oyente”, que era el grado más bajo de la jerarquía y esto lo hacía no tan comprometido ni satisfecho con dicha secta.

Poco a poco San Agustín se fue alejando de la secta, duró nueve años para despreciar a los maniqueos. Sus principales argumentos de su alejamiento de la secta fueron la falta de argumentos que tenían para destruir la religión católica, además no encontró la ciencia de la naturaleza y de sus leyes y por último no encontró respuesta alguna sobre los movimientos de las estrellas y temas relacionados con la astrología.

Por otro lado le esperaba a San Agustín las respuestas a todas sus preguntas en Italia, bajo la influencia de Ambrosio. San Ambrosio logra convencerlo de que la Fe Católica puede desvirtuar las objeciones maniqueas, y fue así que tomó el camino de la fe católica. En primer lugar San Agustín se enteró que Dios no es una forma corporal sino que es un ser incorpóreo y que Dios creo al hombre a su imagen y semejanza, que es un ser espiritual, que no tiene ni masa ni dimensiones, ni miembros. Igualmente entendió que el mal es una privación del bien y que el mal depende de su voluntad y así ve el mal como un no ser. También comenzó a rechazar a los horóscopos, prácticas que eran usuales en la secta maniqueísta.

Su conversión se fundamentó en los libros platónicos y en las Sagradas Escrituras, en donde guiado por Dios entró a su interior y así encontrar una luz inmutable que es Dios, ósea que encontró a Dios en un reencuentro consigo mismo, porque a Dios no lo encuentra cuando va lejos de sí mismo. De esta manera, se dio cuenta de que la persona humana vale muchísimo más por su espíritu que por su cuerpo y que lo que más debe uno esmerarse en formar es su espíritu y su mente.

La iglesia católica le enseño a San Agustín que Dios es el autor de todas las naturalezas y substancias, y por lo tanto no es el autor del mal porque es imposible que Dios actué contra sí mismo. Dios es el supremo e infinito bien, del cual proceden todos los demás bienes espirituales y corporales.

Después de tanta lucha por encontrar la verdad lo logró por medio de su inquietud, y lo hizo a través de una religión impulsada por la fe y las creencias fidedignas de los católicos.

Por último me parece importante resaltar que la lectura del las “Confesiones” es muy agradable, por cuanto que uno goza de los defectos y virtudes de otras personas dejando una reflexión en la mente de los lectores, en cuanto que para llevar una vida feliz es importante hacer bien las cosas y encontrar a Dios dentro de uno mismo.