05 marzo 2007

Qué son los valores (Frondizi) Contreras

QUÉ SON LOS VALORES

POR ESPERANZA CONTRERAS PEDREROS

Luego de una exhaustiva lectura para intentar entender la axiología y sus distintas interpretaciones en cuanto a qué son los valores o su naturaleza y cuál es el posible método para captar los mismos, comprendí los postulados de los autores más representativos del tema con sus consecuentes críticas hacia otras concepciones sobre los valores.

Ante todo, debo advertir que la obra de Risieri Frondizi es compleja, talvez por ser corto el libro, pero asumo que éste, está dirigido al lector experto en este tipo de tema, por ello, este ensayo tomará como referencia la obra del autor Carlos de la Torre Martínez, titulado “La recepción de la filosofía de los valores en la filosofía del derecho”, publicado en el presente año, ya que a mi parecer es un libro entendible y que explica de manera detallada el pensamientos de los autores más ilustrados e importantes que marcaron un hito en la axiología hasta nuestros días.

Para empezar, si bien es cierto que los filósofos griegos vieron el tema del valor desde un punto de vista diferente, esto es, en torno a lo que ellos denominaron el bien, es necesario y forzoso dirigirnos hacia ellos, ya que muchos de los estudiosos de la axiología retomaron sus ideas para luego implementar su criterio. Lo que debe asumirse es que el concepto del bien puede equipararse a lo que los autores expertos en el tema de los valores entienden por éstos; es decir, mantienen una misma realidad. Sin embargo, la diferencia entre ambos mundo de pensadores es la división entre el ser y el valer, ya que para los griegos asimilaban el ser con el valer, es decir, identificaban el valor mismo con el ser de las cosas, mientras que para los axiólogos existe una separación entre ambos conceptos. Para Platón al mencionar el mundo de las ideas, conlleva a que las esencias están separadas de los cuerpos concretos, mientras que Aristóteles no separa ambos conceptos, puesto que para éste el bien está implícito en su forma esencial.

Al surgir un giro de ciento ochenta grados, el hombre dirige la mirada a su propio yo, esto es, se aleja de lo externo para adentrarse en su mundo interior, siendo entonces el creador de todo, los valores subsisten en el hombre mismo, y por consiguiente es él el creador de los valores y por ende quien valora la realidad, por lo que se conoce como la subjetividad. Por consiguiente surge un precedente como Hume, quien considera “que todo el material de nuestro conociendo se deriva de la sensación y de la reflexión, es decir de la experiencia. Lo que en realidad motiva al hombre a la acción son las pasiones adscritas a la esfera del sentimiento”1

Llega el autor que partió en dos todas las discusiones en torno al problema del valor, separando los conceptos de ser y valer. Lotze, quien fue el precursor de esta tesis y que siguen en nuestros días, consideró que ser y valer no son una misma cosa, sino que son distintas y necesarias. El autor, siguiendo varios postulados de la filosofía kantiana, consideró que el existen dos actitudes que se pueden adoptar frente a los fenómenos que ocurren en la naturaleza: el primero, consiste en explicar los fenómenos por sus causas; la segunda consiste en explicar que todos los acontecimientos son una manifestación lógica de un supuesto anterior. Sobre estos dos postulados se fundamenta el conocimiento científico, sin embargo, con base en ello es imposible explicar el significado y el valor que tienen que tiene el universo. Es como lo dijo Augusto Messer “a Lotze se le puede considerar el padre de la filosofía de los valores contemporánea pues él fue el que determinó a la inteligencia como el como el órgano cognoscente de la realidad empírica y el sentimiento como el órgano cognoscente del valor”2.

Aparecen las corrientes objetivas y subjetivas del concepto del valor. La primera, con uno de sus grandes representantes, Meinong quien considera que el reconocimiento la existencia de un valor de un objeto depende de la valoración que realizamos respecto a un objeto concreto. En oposición al autor se encuentra Enrenfels, quien sostenía que el fundamento de los valores no se podía encontrar en el sentimiento del placer o del agrado, puesto que, de ser así, sólo podríamos valorar aquello que tenemos presente, con lo cual, el fundamento o el principio de valoración lo tenemos que buscar en el apetito o en el deseo. En cuanto a la segunda corriente, el representante de ésta es Max Scheler, quien considera que los valores son independientes de los depositarios y que incluso guardan entre ellos una jerarquía propia y objetiva. Los valores se nos pueden presentar en 3 dimensiones: como cualidades objetivas puras; como momentos parciales, o como el valor concreto que una cosa tiene, de tal forma que no es el sujeto el que dota al mundo de valor, sino que es el sujeto el que aprehende los valores de las cosas. Los valores no son propiedades de las cosas. Así explica que el entender de los valores como objetos ideales permite que las cosas puedan cambiar sin que por ello cambie la estructura de los valores.

Luego de un breve planteamiento de los postulados de los filósofos más representativos de la axiología, llega el planteamiento de Risieri Frondizi, quien considera que los valores tienen una cara subjetiva y otra objetiva, y para conocer y valorar el valor no solamente se requiere de un sujeto y un objeto, sino además de las circunstancias, ya que son ellas quienes determinan la valoración. Esto entonces se refiere a que el valor existe como una cualidad irreal, más no ideal, porque el valor no le da existencia al objeto sino que lo supone.

A mi entender el valor será objetivo porque existe como una cualidad estructural, esto es, su origen no surge por la existencia de un objeto material, porque pueden existir bienes no materiales que contienen valores, como lo sostenía Enrenfels, pero para que tenga trayectoria en la vida del hombre requiere que éste lo reconozca, lo examine para luego dar una valoración, por cuanto no puede asimilarse el valor de la valoración, ya que éste último es el sentido que cada uno de nosotros le da al valor. Sin embargo, creo que existe una gran influencia de la emotividad o el sentimiento que lleva implícito el hombre, por cuanto se darán un mayor grado de valoración a las cosas que se nos muestrean en nuestras vidas. Considero que el valor no es en cuanto a un ser que se pueda percibir con los sentidos, esto es, algo que pueda tocar, ver, sino que es, en cuanto a la valoración, surge al realidad cuando valoro, cuando le doy un sentido al objeto que percibo por los sentidos o una idea que contiene un valor que surgirá cuando valoro.

Será subjetivo, cuando al tener una relación con el objeto valoro, esto es, la valoración es la subjetividad. Pero ello dependerá en gran medida como lo sostenía Frondizi, de las circunstancias, porque son ellas las que en un momento dado dejo de valorar algo que antes tenía valor o valoro algo que antes no tenía valor.

Será objetivo porque un valor como la justicia, la belleza, etc., es un concepto, es una realidad referida al valor como lo sostenía Rickert; y que debe diferenciarse con el concepto de valoración, que es el juicio que se hace sobre la validez de un determinado valor.

1 DE LA TORRE MARTÍNEZ, Carlos. La recepción de la filosofía de los valores en la filosofía del derecho. UNAM, año 2006. www.bibliojurídica.org/libros/libro.htlm?/=1638

2 Idem. Página 41